MIS CINCO HUACHANOS
Un relato en pocos instantes
a la criolla no más,
porque si pienso en Cervantes
altero todo el compás.
Vine a Huacho de paseo
con entusiasmo, con dicha,
comer era mi deseo
esa famosa salchicha.
Después vinieron los “sustos”
pues, todo se complicó
y a los nueve meses justos
un huachano me salió.
¡Tanto afán por conocer
la tierra de don Dionisio!
sin llegar a comprender
que ésta sacaba de quicio...
Luego fui a la campiña
“sopa huachana” tomé
Pa´ que les cuento ¡qué piña!
otro susto me pegué.
¡Ah no, mejor a Carquín
y allí la boca le tapo!
Me invitaron un “chupín”
y saltó un “peje-sapo”
Aquí corto la pelea
de esta multiplicación...
Y contra viento y marea
se aventó otro perdigón.
¡Ayúdame en este trance
tú, pues, compadre Yancunta!
sin reparar el avance
del que faltaba en la “junta”
¡Ay...! le dije a mi marido
pasaporte te consigo,
ya tanto me has exprimido
que en la “otra” no es conmigo.
Febrero, 1985.
Un relato en pocos instantes
a la criolla no más,
porque si pienso en Cervantes
altero todo el compás.
Vine a Huacho de paseo
con entusiasmo, con dicha,
comer era mi deseo
esa famosa salchicha.
Después vinieron los “sustos”
pues, todo se complicó
y a los nueve meses justos
un huachano me salió.
¡Tanto afán por conocer
la tierra de don Dionisio!
sin llegar a comprender
que ésta sacaba de quicio...
Luego fui a la campiña
“sopa huachana” tomé
Pa´ que les cuento ¡qué piña!
otro susto me pegué.
¡Ah no, mejor a Carquín
y allí la boca le tapo!
Me invitaron un “chupín”
y saltó un “peje-sapo”
Aquí corto la pelea
de esta multiplicación...
Y contra viento y marea
se aventó otro perdigón.
¡Ayúdame en este trance
tú, pues, compadre Yancunta!
sin reparar el avance
del que faltaba en la “junta”
¡Ay...! le dije a mi marido
pasaporte te consigo,
ya tanto me has exprimido
que en la “otra” no es conmigo.
Febrero, 1985.
Los cinco hijos huachanos, en la ceremonia de presentación de su libro Sentimientos.
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